
Tras la muerte de Oriana, su sobrina María debe regresar a la vieja hacienda para inventariarla y venderla. Allí recuerda los momentos al lado de su tía y las vivencias que ésta le contaba. Al caer en cuenta de que el extraño hombre siempre había visto rondando la casa es el hijo de su tía, decide no vender la casa.
Entrada libre
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