El 17 de mayo de 1920, hace 96 años, el barrio caraqueño El Guarataro vio nacer al escritor, ensayista, periodista, poeta y humorista Aquiles Nazoa, quien proyectó con su trabajo literario los valores culturales venezolanos.
Aquiles Nazoa nació en el seno de una familia humilde. A los 12 años comenzó a trabajar para colaborar con los gastos del hogar. Realizó sus primeros estudios en el Colegio El Buen Consejo, aunque no pudo terminarlos. Al referirse a su niñez el poeta decía: “Mi infancia fue pobre pero nunca fue triste”.
A los 16 años aprendió a hablar inglés con una vendedora de dulces de origen trinitario y consiguió empleo en el Ministerio de Fomento. Así se convirtió en el primer guía de turistas que tuvo Venezuela. Durante su juventud se desempeñó, además, como aprendiz de carpintero, telefonista, botones del hotel Majestic de Caracas y empleado de una bodega.
En 1935 comenzó a trabajar en el diario El Universal, donde ocupó los cargos de empaquetador, tipógrafo y corrector de pruebas. Más adelante, fue enviado como corresponsal del periódico a Puerto Cabello. Allí redactó un artículo donde criticaba la apatía de las autoridades locales en la erradicación de la malaria. Esto trajo como consecuencia una demanda del Concejo Municipal de Puerto Cabello en su contra y su encarcelamiento 1940.
Tras ser liberado, regresó a Caracas. Se unió al equipo de trabajo de la emisora Radio Tropical, mientras escribía la columna “Por la misma calle” en El Universal. También colaboró con el diario Últimas Noticias, en el que publicó sus poemas humorísticos. Participó en el semanario El Morrocoy Azul, en el que publicó sus poemas Teatro para leer. En 1943 comenzó a colaborar con el diario El Nacional y con las revistas Élite y Fantoches.
En 1945 publicó El transeúnte sonreído. Dos años después, publicó sus libros El Ruiseñor de Catuche y Marcos Manaure, idea para una película venezolana. En ese tiempo recibió el Premio Nacional de Periodismo en la especialidad de escritores humorísticos y costumbristas. Debido a la compleja situación política, Nazoa se marchó del país durante tres años.
Al retornar a Caracas, trabajó en la revista Dominguito y creó las publicaciones humorísticas Una señora en apuros y El fósforo. Ambas revistas fueron clausuradas por las autoridades gubernamentales en el año 1960.
Con su poemario Caballo de manteca, sus obras dentro del género aumentaron y fueron recogidas en la compilación Humor y amor de Aquiles Nazoa, publicada en 1970. Entre los textos del ensayista también se encuentran Cuba, de Martí a Fidel Castro (1961), Caracas, física y espiritual (1967), La vida privada de las muñecas de trapo, La Torta que puso Adam, Raúl Santana con un pueblo en el bolsillo, la compilación titulada Los humoristas de Caracas y Leoncio Martínez, genial e ingenioso.
Aquiles Nazoa no solo se dedicó a escribir, sino también a dictar charlas, conferencias y a producir el programa televisivo Las cosas más sencillas. El artista falleció en un accidente de tránsito en la autopista Caracas-Valencia, el 25 de abril de 1976.
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